domingo, 2 de noviembre de 2008

Diez pasos al olvido

No se, supongo o al menos asi lo espero, que todo el mundo a pasado por un momento así.
El otro día caminando por una de las calles de la ciudad de México, pensando en todo menos en lo que me iba a pasar quince segundos después y acompañado por un buen amigo, sucedió. Di la vuelta en una calle y ah quince pasos de mi estaba la mujer mas increíble que he conocido hasta ahora, me basto una mirada para saber que estaba enamorado de ella, usaba un vestido fresco lleno de flores, sandalias y una pequeña bolsa que usaba cruzada al cuello, sus movimientos eran muy finos y femeninos, tanto que parecía bailar en vez de caminar, tenia una enorme sonrisa en el rostro y parecía no estar ahí, su mente estaba en algún otro lugar del mundo, yo la miraba como si se tratara de una diosa, no podía desviar la mirada, había ejercido alguna clase de hechizo sobre mi, reuniendo fuerzas mire hacia mi amigo, parecía que en el todo estaba normal, podía ver como movía los labios pero yo no lo escuchaba, regrese mi vista hacia ella y puse la sonrisa mas estupida que he puesto en toda mi vida, y de la nada me vino la realidad, diez pasos, diez pasos faltaban para que pasara ella por mi vida, diez pasos y nunca mas volvería a saber de ella, entre en pánico!!! Que podía hacer para conservarla cerca de mi, me enderecé, trate de mejorar mi sonrisa, pase mis manos sobre mi cabeza en un intento de acomodar mi pelo alborotado, pensé en chocar con ella accidentalmente pero se complicaba un poco seria mas fácil empujar a mi amigo contra ella, pero nada, faltaban cinco pasos y entonces lo hice, mi cuerpo no pudo mas, me detuve en medio de la calle, no iba a seguir caminando y hacer que mi encuentro pasara mas rápido, disfrutaría del momento aunque ya solo faltaran tres pasos para poder seguir viendo esos ojos y esa sonrisa, había dejado de respirar, mis manos sudaban, yo fantaseaba con abrazarla, que de alguna forma mágica, espiritual ella también se diera cuenta de que yo era su media naranja, estaba seguro que solo faltaba una mirada para que sucediera, en el mismo instante en que ella paso a mi lado sentí una corriente eléctrica recorrer todo mi cuerpo, mi mente ya dibujaba su rostro en una esperanza de no olvidarlo nunca, conservarlo para siempre, comencé a contar 1, 2, 3, 4, 5… voltee solo para poder ver un poco de ese vestido floreado desaparecer al dar la vuelta en la esquina, volví a respirar, mi cabeza se lleno con el ruido de la calle y de mi amigo parado frente a mi preguntándome que era lo que me pasaba, solté una carcajada mi amigo puso mala cara, alce mi mano derecha para tomar su hombro y suspire, “nada” le conteste y seguí caminando todo había acabado, al menos hasta que cuatro pasos después volví a voltear en un intento de que ella regresara, jamás había tenido tanta esperanza en mi vida, pero no sucedió nada, así que seguí mi camino, triste, si, pero con esa sonrisa que dura días en desaparecer.